Nosotrxs somos. Capítulo 2. Verde. El camino a la igualdad.

Creación propia

Seguimos desgranando la serie de Nosotrxs Somos. Volvemos al camino de la igualdad.

En este capítulo se reúnen Jordi Petit, uno de los primeros activistas por los derechos de personas LGBT+ y de las primeras personas en salir del armario en Barcelona, y Jedet, actriz, cantante y activista trans.  

Jordi Petit y Jedet

Poca gente daba la cara en los temas de visibilizarse y desde los medios de comunicación siempre contactaban con Empar Pineda y Jordi Petit. Recordemos el concepto del contagio del estigma, por lo que, las primeras personas que hablaban de temática LGBT fueron las propias personas LGBT y desde ramas tipo Medicina, especialmente sobre personas trans.   

Comienzan a aparecer colectivos tras el 1976, tras el franquismo. La Coordinadora para luchar por derechos de la homosexualidad (COFLHEE) buscaba la abolición de la ley de Peligrosidad Social.

En 1977, se hizo el primer Orgullo en Barcelona y ya había tres asociaciones en Madrid en 1977.

Tras conseguir la eliminación de la ley de peligrosidad social se produjo una decadencia en movimientos activistas en Madrid, aunque en Barcelona hubo cierta continuidad.

Es importante este aspecto, ya que cuando la reclamación principal era resuelta (en este caso, la abolición de la ley de peligrosidad que dejó de aplicarse en 1979), y se reconocieron legalmente las entidades LGBT, se produjo un espejo de igualdad. Este espejo fue efímero, ya que cuando se siguió encerrando a gente por otras leyes como la de escándalo público, el maltrato, la falta de reconocimiento de parejas, el no reconocimiento de la identidad, la invisibilización, el activismo debía (y debe seguir).

La búsqueda de la normalización del colectivo gay causó que algunas personas aprovecharan la situación para crear categorías, la del gay bueno y del gay malo. Este primero sería aquel que encajara en las normas de género y el segundo sería aquel que tiene pluma (el cual era representado como un payaso, solo para divertimento del público heterosexual, y homosexual normativo). Que recordemos, la plumofobia, entendida como rechazo a la pluma (asociada a comportamientos asignados tradicionalmente a mujeres), es machismo.

Estas categorías las hemos visto claras en el asentamiento de los modelos hegemónicos y que, obviamente, no afecta solo a hombres. Los modelos de belleza son aquellos (incluso en personas LGBT+) que se han asentado en los modelos hegemónicos de lo correcto, que son quienes se ajustan más a la norma de género (binario). Y por desgracia, nadie está exento de ello.

Retomando las alteraciones del orden público. Las personas eran enviadas a la Dirección General de Seguridad o DGS. La DGS estaba situada en la puerta del Sol en Madrid, se encerraba en calabozos a personas por “alterar el orden público”. Simbólicamente esto es muy potente, ya que cuando las cárceles tienden a aparecer en sitios de extrarradio, la exposición pública en estos casos era masiva, ya que se sitúa en el centro de Madrid.

Arantxa Serrano, mujer activista lesbiana, fue encerrada en 1986 por besar a una amiga Esther, en la calle. Durante la detención, la pegaron patadas en las piernas para poder meterse en el coche. Después las llevaron a una comisaría y les realizaron un cacheo general con registro vaginal. Esto fue agresión sexual por parte de la policía. Por suerte, dos años después llegó el caso a los tribunales y ganaron. Fue la primera rueda de reconocimiento a policías nacionales en 1989. Este hecho fue clave para los activismos de feministas lesbianas. Al final se muestra que, aunque la invisibilización las “protegiera” (como si ser invisible o negarte fuera algo agradable), en el momento en el que se mostraban estaban expuestas a las mismas agresiones. Porque la lesbofobia sigue sin ser algo anecdótico. AC: hay imágenes de agresión física a dos mujeres.

Al final las reminiscencias de todo el franquismo, se vieron y se ven durante muchos años después.

Después vino después la pandemia (y no epidemia) del sida en España. Respecto a las asociaciones, no sabían si debían apoyar o intervenir con el tema del sida. Porque, fundamentalmente, era y es un tema médico. Respecto a esto, hay que contextualizar que tras la salida de la ley de peligrosidad social y la del escándalo público, se entiende que volver al punto de mira con esta crisis pudo dividir a los distintos activismos.

Comenzaron nuevos colectivos para trabajar la crisis, haciendo especial hincapié en la parte asistencialista. En 1986, FAGC se dividió y aparecieron COGAM Madrid y el Colectivo Lambda en Valencia.

Se decidió hacer un centro asociativo, pero no se les dio el permiso de apertura. Y llegó la policía municipal que puso una orden de clausura. La velocidad en este trámite administrativo fue bastante pasmosa, pero siguieron intentándolo.

Mili Hernández, dueña de la famosa librería Berkana, se fue a Madrid para ver COGAM. Berkana fue la primera librería LGBT+ en Madrid, en 1993, inspirada por las librerías LGBT+ en Nueva York (Oscar Wild Bookshop, 1967).

Y fue la primera mujer en colectivo gay, lo que causó que COGAM fuera mixto. Otras activistas lesbianas, como Boti también fue a COGAM. Vinieron con dos corrientes: asistencialismo y políticas. Surgió una primera ruptura por Manolo Trillo, con el tema VIH.

Podríamos distinguir dos tipos de corrientes.

  • COMUNITARISTA: Una única comunidad constituida fuerte. En esta línea Mili y Pedro Zerolo apoyaban estas corrientes.
Pedro Zerolo - Wikipedia, la enciclopedia libre
Pedro Zerolo
  • IGUALITARISTA: No creen que haya una comunidad única, ni una identidad única y que deben organizarse para luchar contra la discriminación. En esta línea se encontraban Miguel Ángel Sánchez y fundadores de Cogam.  
Miguel Ángel Sánchez

En el manual de diagnóstico de manuales y trastornos mentales (DSM) se eliminó la homosexualidad de los diagnósticos en los años 70. Y no fue hasta 1987 que se eliminó por parte de la OMS. Finalmente, el 17 de mayo de 1990, se eliminó por completo, y es por ello por lo que se celebra el día internacional contra la homofobia, bifobia y transfobia. Y no digo lesbofobia, porque no está incluida dentro del nombre oficial. Sorpresa. Seguimos considerando que la homofobia afecta igual a hombres y mujeres, y no es así.

En torno a los años 90, COGAM comenzó a pedir subvenciones y algunas corrientes pensaban que era venderse. Contextualicemos en los años 90, en los que la única fuente de ingreso, sin contar subvenciones, eran donaciones de gente. Se planteó para poder abastecer de recursos mínimos.

En 1992, surge la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales, o FELGTB como planteamiento de unificar y plantear proyectos estatales en toda España. Uno de los temas claves eran los derechos para las parejas no hetero (como, por ejemplo, tras fallecimientos por complicaciones del sida), donde las parejas quedaban desamparadas legalmente. Se planteó, por tanto, la urgencia de la ley de parejas de hecho en 1994. En 1997 se plantean, junto a Pedro Zerolo y Beatriz Gimeno, se relanza la FELGTB (que no incluía la B, en ese momento) y unifican las manifestaciones que se realizan en las distintas comunidades autónomas.

Fundación Triángulo surgió, en 1996, como escisión de COGAM, por motivos ideológicos. Se especializó en otros temas como trabajo sexual, cine o salud sexual. Las escisiones siempre son complicadas, aunque sigamos luchando las distintas asociaciones dentro del mismo movimiento.

Chueca, zona conocida como barrio gay (y no LGBT+) a pesar de una gran evolución, deja actualmente de lado muchas orientaciones e identidades, pero por el propio desarrollo de la zona. Y digo zona, porque técnicamente no es un barrio, al no poseer de entidad administrativa propia y es una zona del barrio de Justicia, dentro del distrito centro de Madrid.

Barrio de Justicia

Se consideraba hasta los años 90, originalmente denominado como “marginal”, donde las personas más en los márgenes tenían su espacio (personas trans, travestis, gays, consumo de drogas, etc). Berkana se introdujo como librería entre los primeros espacios abiertos por las mañanas.

Librería Berkana

Empezaron a rehabilitar bares y locales, evolucionando el barrio de Chueca hacia lo que conocemos ahora. Es importante entender aquí la gentrificación del barrio. No es un tema que comenten en el programa, pero son barrios donde personas con nivel socioeconómico alto han podido instalarse, y todas las personas que tuvieran menor nivel socioeconómico, eran desplazadas. Y si metemos otras interseccionalidades, se configura un espacio en el que los grupos más privilegiados tendrán acceso, generalmente hombres cis (mono o plurisexuales blancos con nivel socioeconómico medio-alto.

Al final, la diferencia económica un aspecto relevante a medir en las interseccionalidades. Se hacen concesiones, porque se mejora la imagen del barrio. Siempre surgen cuando la gente saca beneficios de estas situaciones, como cuando a Mamoudou Gassama se lo concedió la nacionalidad francesa tras salvar a un menor que estaba colgado en la terraza de un cuarto piso. Al resto se le ponen muchas pegas en los trámites para acceder a dichos recursos.

Sin embargo, no deberíamos tener que esperar a personas a que hagan heroicidades para considerarlas personas y apoyar su lucha y necesidades.

Jedet muestra, en línea de lo que menciona Mili, la evolución de las necesidades y la forma en la que nuestros espacios se van configurando. Sin embargo, sigue recalcando la todavía anclada misoginia rechazo de la feminidad, fuera y dentro del mundo LGBT+.

El surgimiento de las RRSS y de canales de youtube específicos han generado un vuelco a las personas referentes. Les referentes se hacen más accesibles para la gente joven. Es interesante realizar una comparación activismos entre generaciones, no por indicar si es mejor o peor, sino por comentar las diferencias de las demandas.  Muchos activismos se han movido a las RRSS, donde el alcance es mucho mayor. Las luchas cambian y evolucionan. No debemos asumir que todo está logrado, porque seguimos sin ver la parte más sutil y estructural.

Hay todavía riesgos, y también se modificaron las formas de relacionarse, de configurar grupos y, por supuesto, de ligar. Las aplicaciones han seguido perpetuando lo que ya seguimos viendo en nuestra vida. Por desgracia, el racismo, la plumofobia (existe una pasivofobia también, querides, y también con bases machistas) y la transfobia son el día a día de las aplicaciones tipo Grindr y Wapo.   

Es curioso como los activismos van evolucionando (y los barrios). Sin duda, existe mucha incertidumbre ante el futuro, sobre cómo se evolucionará, tanto por crisis inesperadas, como el Covid-19, como crisis no tan inesperadas como el auge de la extrema derecha. Los derechos de todo colectivo oprimido siempre están en cuestionamiento, porque no es irreversible.  

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